20 julio 2010

Imagen de una bella decepción.




















2,5sec, f8, ISO200

Es con frecuencia que las cosas no salen como uno había planeado. Cuando creemos que lo tenemos todo arregladito y atadito en un precioso paquete, la naturaleza, o la vida misma si prefieres, desmorona nuestro precario castillo de naipes para demostrarnos una y otra vez que no somos el centro del universo. Aún así, el que las cosas no salgan como queremos no es necesariamente malo. Es simplemente diferente. Y mas vale que aceptes el resultado porqué sino... te jodes.  La imagen que encabeza esta entrada es un buen ejemplo de esta dinámica de la vida. La saqué el día 4 de Julio, que aquí en los Estados Unidos es el Día de la Independencia que viene a ser como una especie de verbena de San Juan patriótica. Al anochecer y como es costumbre el pueblo se gasta (en parte gracias a mis impuestos) una pasta obscena en fuegos artificiales que en menos de 10 minutos se han esfumado en los nítidos aires de montaña. Nunca me han interesado mucho los fuegos artificiales ( a excepción de cuando era pequeño y lanzábamos cohetes a raso causando terror en el barrio), pero este año pensé que sería divertido capturarlos fotográficamente, cosa que nunca había hecho. Mi intención no era tomar una foto con la que ensalzar la grandeza tecnicolor de su fulgor químico sino mas bien lo contrario, quería mostrar su delicada pequeñez en medio del entorno de montañas que nos rodean. Asi pues, con las ultimas luces del día y un cielo creciendo nublado, subí  hasta lo mas alto de uno de nuestros valles, monté la cámara en el trípode y saqué unas cuantas fotos de prueba, dispuesto a esperar esa maravilla de la ingenuidad humana. Diez minutos antes del esperado momento, los vientos empezaron a soplar, los nubarrones se ennegrecieron ominosamente y CATAPUM!, empezaron a caer rayos y truenos y a llover cántaros. Al poco las luces de pueblo y las montañas se escondieron tras un escudo gris y jamás llegué a ver los dichosos fuegos artificiales. La foto es una de las que hice de prueba y aunque no tiene fuegos artificiales me gusta. Pequeñas y lejanas frente a la inmensidad de las montañas y el poderío de las nubes de tormenta las luces del pueblo y el tráfico brillan con la intensa luz de nuestros deseos y sueños. La mancha azul que brilla en la oscuridad son las cristalinas aguas de "Long Lake" reflejando los cielos, un popular lago al que frecuentemente acudimos a bañarnos durante estos días de calor. 

Gracias a todos por las felicitaciones!

Xavi 


4 comentarios:

  1. Gracias a ti, Xavi, por compartir tus textos y tus fotos...

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  2. Acá en San Martín de los Andes (Patagonia Argentina) también se hacían fuegos artificiales pero para Año Nuevo y la verdad juntaba bastante gente pero hace unos años que ya no se hace y no siento que me falten es más si no hay mejor, prefiero seguir viendo los bosques con las luces naturales del Sol ó la Luna y las Estrellas. La imágen que subiste es tan linda que los fuegos artificiales creo que la hubieran arruinado....

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  3. Aun sin fuegos, continua siendo una foto preciosa. Ya tienes pues tarea para el próximo 4 de julio jejeje

    Gracias a ti por tus fotos y tus historias. Me gustan. Hacen ver que se pueden hacer cosas distintas.

    Saludos.

    PRM

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  4. Sí, yo también pienso que sin fuegos gana mucho... aunque el sentido de la foto cambia, claro.
    Saludos de nuevo!

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