18 mayo 2010

Ojo con los desvios!

Para cambiar aquí va una entrada sin fotos. Aprovechando la tregua en esta batalla que estamos luchando contra este nefasto tiempo, este domingo me escapé con Keith y Norman hasta Montrose, un pueblo que está a una hora y media de coche y mil metros de desnivel abajo, desde Crested Butte, con la intención de participar en una marcha cicloturista que allí montan cada año. Habían varias rutas para escoger, una de 70km, otra de 90 y otra de 160km. Al final nos decidimos a ir a por la de 70 porqué era la que nos pareció la mas bonita de todas,  ya que subía hasta el mirador del Black Canyon of the Gunnison, una barbaridad de cañón tallado por el río Gunnison cuyas murallas de granito estriado alcanzan los 800mt de desnivel y que solo unos años atrás pasó a convertirse en uno de los parques nacionales mas nuevos del país. La carretera hasta el mirador es tranquila y muy escénica, ascendiendo primero entre pastos y árboles frutales  y mas tarde entre bosquetes de pino y junípero hasta que alcanza el mismo borde del cañón y lo sigue durante 12km panorámicos a parir en las que de vez en cuando se atisba, a vuelo de pájaro, la cinta plateada del río al fondo del tajo, que ahora iba cargado a tope con la fusión de la nieve en las montañas. Íbamos sin prisas, saboreando el paisaje y deleitándonos en el extraño hecho de ir en manga corta. Al final de la carretera, dónde el recorrido daba media vuelta para volver por dónde subimos había una parada de soporte en la que comimos, bebimos y charlamos un rato con otros participantes antes de iniciar la vuelta. Todo era perfecto hasta que a Keith se le ocurrió la gran idea de alargar un poco el trazado de nuestra ruta, tomando un desvío que según el mapa bajaba hasta el mismo río. Los voluntarios del avituallamiento nos avisaron de que si nos atrevíamos a bajar hasta el río teníamos que llevar pastillas de freno de recambio, lo que insinuaba que era algo de grado inusual. Instigados por la curiosidad y las ganas de ver el río de cerca, optamos por tomarla. Un letrero nos avisó de que la carretera descendía 800mt de desnivel en 5,5km al 16% y de golpe los tres empezamos a bajar y a bajar por un asfalto empinado y estrecho como nunca había visto en una carretera americana, que por regla general son anchas e ingeniadas para que la gente puedan arrastrar consigo sus inmensos "movil-homes", pero esto era casi exagerado. Después de bajar no se cuantas zonas ecológicas alcanzamos el río con las llantas a punto de fusión. Era magnífico. Grandes árboles y hierba jalonaban el potente río y enormes acantilados de piedra estriada se elevaban por encima de nuestras cabezas. Estábamos en pleno Black Canyon. 


La subida fue un reto considerable. Keith llevaba 3 platos en su bici y dándole al molinillo subió lento pero sin problemas, Norman iba con un desarrollo 34x27 y sufrió lo suyo. Yo llevaba un 39x27 y con los pocos kms que llevo puestos en la bici vi a la virgen y juro que oí ángeles cantando en sinfonía. Hubo un momento en que estaba seguro de que iba a salir paralítico de esta experiencia. Las cervezas que nos tomamos en el "BiereGarden" de Montrose nunca supieron mejor. 


Xavi Fané

5 comentarios:

  1. ajjajajaja, todo lo que sube baja... o es al reves?
    Happy Trails Xavi

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  2. ¡Que experiencia Xavi! Bien el letrero y el aviso de los voluntarios porque más de uno debe pasar una noche abajo sino. Parece que el 3er. plato tiene su importancia. Un buen premio al esfuerzo las cervezas seguro que sí.

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  3. También uso dos platos, aunque algo distintos: 32-20, para cuando hay que salvar el pellejo tras uno de esos desvíos.

    saludos

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  4. "(...)vi a la virgen y juro que oí ángeles cantando en sinfonía" ¡Genial! ¡Este es el Xavi Fané que recuerdo del SB! Saludos, tío.

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  5. Ha sido todo un placer encontrarte de nuevo. Hace años que no leía nada de ti y ha sido una agradable sorpresa ver que sigues dando caña.

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